Hoy es 20 de mayo y en la
presuntamente laica Francia es festivo porque se celebra el lunes de
Pentecostés, una festividad donde los cristianos celebran el descenso del
Espíritu Santo, festividad que como casi todas parece ser tuvo su origen en
algo tan ajeno a la religión como pueda ser la agricultura. En fin, sea como
sea puede ser una buena excusa para acercarse mínimamente a una de las Cantatas
de Bach compuestas para Pentecostés. De las tres que nos han llegado compuestas
para este día voy a proponeros hoy la que lleva por número de catálogo BWV 74,
Wer mich liebet, der wird mein Wort halten (Si alguno me ama, guardará mi
palabra).
Curiosamente esta cantata fue
estrenada también otro 20 de mayo, en 1725, en Leipzig. El libreto recoge
textos de los evangelios de Juan y Pablo y fue encargado a Christiane Mariane
von Ziegler, entonces una poeta (o poetisa, como queráis) que tenía un cierto
renombre en el Leipzig de la época. Si bien lleva el mismo título que la
cantata BWV 59, está más desarrollada que ésta y recoge un par de temas que ya
había utilizado en la 59. Nunca hay que olvidar que la producción de Bach es
inmensa, pero que no era extraño que volviese a utilizar música que ya había
escrito en otra ocasión. ¡No era el único que lo hacía!
El primer número de la cantata
BWV 74 es un coro que, si bien recoge el tema del dúo que abre la BWV 59, aquí
lo amplía con un coro, una tercera trompeta y dos oboes, dando a todo un
resultado más brillante. El texto está sacado del evangelio de Juan, 14, 23:
“Si alguno me ama,
guardará mi palabra
y mi Padre le amará
y vendremos a él,
y haremos morada en él.”
Le sigue un aria de soprano,
cantado en esta versión por un chaval del coro infantil de Hannover. Notaréis
una voz carente de vibrato, lo que da siempre una limpieza al sonido que le va
que ni de perlas a cualquier texto litúrgico. Y eso sin necesidad de castrar a
nadie. El aria se basa en imitaciones de la voz y el oboe da caccia.
Tras un breve recitativo del
alto, aquí el contratenor Paul Esswood, sigue un aria de bajo donde el
acompañamiento está reducido al bajo continuo y la voz de bajo es la elegida
para cantar las palabras de Cristo:
“Me voy y volveré a vosotros,
Si me amarais, os alegraríais
de que me fuera al Padre”
Sigue un aria de tenor, con
una línea vocal muy exigente, y en permanente diálogo con el primer violín. El
texto llama a las voces e instrumentos a cantar alegre porque el Hijo de Dios
se va pero va a volver.
Tras otro breve recitativo,
esta vez de bajo, seguirá un aria de alto que viene a ser de alguna manera la
simétrica del aria anterior de tenor. De nuevo las agilidades en la voz de Paul
Esswood, contestadas por las fanfarrias de los tres oboes, que cantan las penas
del infierno y la victoria de Cristo sobre los poderes del mal y de la muerte.
Para acabar el coral escrito
como siempre con esa aparente sencillez, pero que reúne en una sola página todo
un método de armonía que debería ser objeto de estudio en cada escuela de música.
Os dejo con la cantata BWV 74,
Wer mich liebet, der wird mein Wort halten, en la interpretación que dirige
Gustav Leonhardt.
Soprano -
Jörg Erler
(Knabenchor Hannover)
Alto - Paul Esswood
Tenor - Kurt
Equiluz
Bajo - Max van
Egmond
Knabenchor Hannover -
Heinz Hennig
Collegium Vocale Gent
Leonhardt-Consort
Director - Gustav
Leonhardt
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