Vuelvo con mi resumen particular del Certamen de Tolosa de este año, un resumen que puedo hacer más extenso gracias a la organización que está colgando prácticamente todos los vídeos de las actuaciones, algo impagable para quienes vivimos con esta pasión por la música coral.
Como he dicho en alguna ocasión este Certamen es el lugar donde más obras corales he podido descubrir. Uno de los últimos descubrimientos es el Kyrie de Pärt Uusberg que os he colgado en el escrito anterior de Tolosa, en la versión del coro Oreya, el grandísimo ganador de esta edición. Pero otra gran obra tambien descubierta este año ha sido este “Sanctus-Benedictus” de Josep Vila. Aprovechando que lo conocimos hace la tira de años (los dos teníamos pelo) en un curso donde él era un buen profesor y yo un mal alumno (lo que no he dejado de ser), estuvimos preguntándole por esta obra. Según nos contó la compuso hace años como obra aislada para un coro de un amigo; después su estilo de composición ha ido cambiando y, aunque lo ha intentado, no ha podido componer el resto de números hasta completar una Misa, con lo que ha quedado como un número aislado.
De las interpretaciones escuchadas yo me he quedado sobre todo con dos. La primera que os he colgado es del coro alemán “Heinrich Schütz Ensemble”, de Vornbach, una ciudad bávara fronteriza con austria (por las fotos es un sitio precioso). Este coro no se comió una rosca en cuanto a premios, pero tenía un sonido que a mí me maravilla, el de los buenos coros alemanes – centro europeos. Además el director me pareció de lo más musical. Otra cosa es que los concursos tienen algo de crueles y el de este año, con el altísimo nivel que había, no ha sido fácil.
La otra versión que os pongo aquí abajo es la del coro Oreya. El instrumento es mejor, porque el coro tiene una sonoridad más propia de un gran coro profesional que de un coro amateur, pero la interpretación no estoy seguro que me guste más que la anterior. Dejo aquí las dos para quien quiera se entretenga con dos escuelas vocales diferentes. La toma de sonido no es la mejor pero es suficiente para apreciar las enormes diferencias, que las hay. Recrearos por ejemplo en esta segunda versión con el colorido de las voces femeninos, las contraltos con un color oscurísimo y las sopranos con unas voces cristalinas.
Y ya para terminar dejo aquí otro vídeo más, esta vez dedicado a Mendigo, probablemente el mayor divulgador de este blog. Es un grupo vocal, The Songmen, del que ya colgué algo en el escrito anterior. Ahora cantan a Clement Janequin con La guerre. Si alguna vez nos volvemos a manifestar con el “No a la guerra” yo prometo poner en mi pegatina una post-data excluyendo de la negativa esta preciosa obra. Aquí hay desde la alegría de los que se creen que van a la guerra de juerga, las fanfarrias, las bombas (fijaos en el más gordito de los cantantes cuando van cuatro minutos de música porque es quien lanza el primer bombazo) para terminar todos cantando victoria, destrozados eso sí, pero victoria.
Dejo para mi próxima entrada de Tolosa hablar de Landarbaso y el coro asturiano El león de Oro, que tambien nos regalaron cosas muy buenas.
Lo malo de escribir tanto es que me queda muy poco tiempo para dedicar a leer otros compañeros. Tus entradas prefiero ponérmelas en marcadores y volver a ellas con tiempo.
ResponderEliminarUna cosa, compay, el mejor divulgador de tu blog eres tú mismo, y la música que vas subiendo. Yo aprendo música contigo, y en pago espero poder enseñarte algo de fotografía. ;)
A ver, hablemos de la música que nos traes hoy, que lo menos que te debemos es una opinión, si no docta, si al menos sincera.
Los ucranianos son la leche. Sin peros. De hecho, creo que les queda pequeña la obra. Tiene partes muy bonitas, pero por ejemplo, cuando las mujeres empiezan a entonar "osanna in excelsis", el autor se mete en un callejón del que no encontrará salida. Bueno, la encuentra, pero suena a himno de universidad.
Y en La Guerra, muchas gracias por la dedicatoria. La composición es fantástica, muy muy curiosa. Pero las voces... Son magníficas, sin duda, es alucinante lo que logran con la voz, pero...al menos la mitad de ellos cantan como castrati. Es algo que me supera, no lo trago. Además hay una enorme tendencia a cantar las obras medievales y renacentistas con ese tono de voz, y no sé hasta qué punto tendrá alguna base histórica.
Por cierto, también tiene su gracia. Viviendo en Toulouse, vas al certamen de Tolosa. De Tolosa en Tolosa, y tiro porque me toca. ;) Aún te quedan otras cuantas tolosas más, a un lado y a otro de les Pyrénées.