16 de febrero de 2014

Eriks Esenvalds




El vídeo de aquí abajo es del año 2012 en el Certamen Coral de Tolosa, y las chicas que cantan se hacen llamar Latvian Voices, o si lo preferís traducido, Voces Letonas. Cantan como los ángeles, nunca mejor dicho para la obra que interpretan, O salutaris Hostia, del compositor Eriks Esenvalds, que no dirá nada salvo a los muy metidos en la música coral, pero que hoy ocupa nuestra atención. La interpretación a mí me parece un punto “dulzona”, pero merece la pena escucharla.


De Eriks Esenvaldis no tengo mucho que contar: compositor letón nacido en 1977, completó su formación en Alemania, Holanda, Francia y Chequia (se dice así?). Ha dedicado la mayoría de sus composiciones al mundo coral y durante unos años formó parte del Coro del Estado de Letonia. Aquí en este otro vídeo la misma obra es interpretada por este coro, dirigido por Maris Sirmais, un conocido para los asiduos al Certamen de Tolosa. Lo curioso es comparar el resultado de la misma obra con un coro mixto y en este caso con el coro rodeando al público.


Recuerdo que cuando escuchamos la obra por primera vez en Tolosa fuimos varios los que dijimos después aquello de “no te recuerda a…”. Por si alguno ha tenido la misma idea, pinchad aquí el enlace y escuchad a partir del minuto 1:18. ¿Se parece o no?

Pero seguimos con Eriks Esenvalds y volvemos al mismo concierto del Coro del Estado de Letonia. Dejo aquí otro par de vídeos con obras que son, digamos, menos románticas que ese O salutaris hostia del principio. Si alguien tiene curiosidad que se anime a buscar más cosas de este mismo concierto, que fue integramente dedicado a Esenvalds, no en vano la grabación de sus obras por los mismos intérpretes había merecido en 2012 el premio a la mejor grabación musical en Letonia.

La primera de las obras se titula “Stars”. Ignoro todo sobre esta obra, que me fascina y de qué manera, por la mezcla de los timbres vocales con los sonidos extraidos de las copas. De nuevo una obra muy romántica, de una belleza enorme, de esas que en un concierto en vivo te atrapa durante días y días. Vamos, una gozada mayúscula.


 Ya para terminar una obra titulada “A drop in the Ocean”, una gota en el océano. De nuevo ignoro todo sobre el texto, pero aviso que esta obra es, digamos, menos amable con el auditor profano en la materia. Ignoro que tiene que ver la madre Teresa de Calcuta en esta obra, pero algo se puede uno imaginar con el título. Es más dura que las anteriores pero hay que llegar al final, no vale quedarse a mitad de camino.



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