Reflexiones sobre las jornadas JMJ (C):

Después de todo lo visto y leido estos días sobre las dichosas jornada organizadas a beneficio y gloria del Vaticano quisiera escribir aquí algunas conclusiones personales:

1. Si algo ha habido de positivo en estas jornadas ha sido el debate que haya podido introducir en una sociedad que, se quiera o no, está marcada no por su mayor o menor número de católicos, sino por el nacionalcatolicismo en el que una parte importante de la sociedad ha crecido y ha sido (y sigue siendo) educada.

2. De cuantos argumentos he podido leer o escuchar para justificar la presencia de las jornadas en Madrid hay uno que me ha llamado poderosamente la atención. En no pocos comentarios, noticias, opiniones y blogs se ha dicho, desde el Gobierno de España hasta el último comentario en un blog, que las jornadas son beneficiosas económicamente porque van a dejar más dinero del que se ha invertido, además que supone una publicidad puesto que Madrid iba a ser un foco de atención mediático en todo el planeta. Esto último es completamente falso. He buscado con atención en los últimos días en las noticias (periódicos y televisión) de Francia, Reino Unido, Holanda y Bélgica y no he encontrado apenas alguna noticia sobre las tortas que ha repartido la policía. O sea, que de publicidad para Madrid, nada. Y basta ya de pretender justificar lo injustificable que no somos tontos.

3. Lo más negativo de estos días ha estado sin duda ligado a la manifestación laica del pasado miércoles. Lo que hubiera debido ser una manifestación normalita que discurriera con tranquilidad ha acabado a tortas. No entiendo la cerrazón de las autoridades que han negado el espacio para el discurrir pacífico de esta manifestación, como tampoco entiendo la testarudez de los así llamados peregrinos que, no contentos con tener Madrid a su servicio durante una semana, no han sido capaces de ceder la Puerta del Sol por unas horas. Ahí existe una negligencia absoluta. O eso, o un deseo de querer parecer como víctimas, algo muy utilizado por los vaticanistas allá donde van, que parece que sean ellos las víctimas de no se sabe que. Eso se llama hipocresía, aunque puede que lo sepan y por eso necesitaban tanto confesionario en el Retiro.

4. Creo que la violencia de la manifestación ha sido más o menos deliberada para silenciar el verdadero debate: no con mi dinero. Que el Papa (o quien sea) venga a Madrid a organizar un macro evento es de su incumbencia. Que se les de dinero (el que se dice que no existe para otras cosas) es harina de otro costal. Porque hay que recordar, una vez más, que el dinero público es de todos y nada justifica ese dispendio con una religión.

5. Joseph Ratzinger se va de Madrid el domingo, según parece, pero lo que ha venido a traer aquí lo deja. Nunca ha ocultado que se trataba de “evangelizar” a los desviados españoles. Así pues, visto además el servilismo repugnante con el que han actuado los políticastros del PP y del PSOE, nos toca ahora estar más vigilantes que nunca para lo que se avecina. Porque la involución ya está ahí, empezando por la repugnante propuesta de dejar el dichoso Valle de los Caídos prácticamente como está, cuando lo que habría que hacer es dinamitarlo de una vez por todas.

6. Y la última: qué demonios tenían que discutir Zapatero o Rajoy sobre las reformas económicas con el Papa? A ver si va a resultar que el Vaticano es una extensión más del yugo neoliberal con el que nos están aprisionando.

Si alguien está interesado en saber más de lo de estos días, o en sacar su propia conclusión, le invito a visitar el blog de Hugo Martinez Abarca y las informaciones aparecidas en Público o en Periodismo Humano. Muy interesantes tambien los artículos de Bedoya en El País, así como este del siempre acertado profesor Vicenç Navarro.