Estaba escuchando la radio cuando me ha sorprendido la noticia: ha muerto Gustav Leonhardt. Holandés nacido en 1928, su nombre ha quedado grabado con letras de oro en la interpretación de la música barroca. Clavecinista, organista, director, profesor… pero sobre todo uno de los pioneros a la hora de recuperar la música barroca. Importante no solo por lo que interpretó y por cómo lo interpretó, sino tambien porque lo supo transmitir. Entre sus alumnos se encuentran muchos de quienes ahora son grandes intérpretes de la música barroca: Ton Koopman, Pierre Hantaï, Eduardo López Banzo, Jan Willem Jansen. Aquí en Toulouse muchos teníamos cita con un concierto que iba a ofrecernos en marzo, un concierto donde iba a interpretar al órgano y al clave. Ya no podrá ser.
Este vídeo es del principio de las Variaciones Goldberg, una interpretación que a mi me hizo descubrir que esta interpretación existía más allá del piano de Glenn Gould.
Elegante y austero, se le podía ver afinar su propio clavicembalo en el intermedio de un concierto. Aquí teneis el Agnus Dei y el Dona nobis pacem de la Misa en si menor, de Bach. La que en Holanda llaman Hohe Messe, en una interpretación que yo creo haber comprendido algo mejor despues de los años que viví en Holanda, un país donde empecé a entender la música de Bach de una manera, digamos, más protestante y menos artificiosa.
Y ya para terminar un fragmento del Oratorio de Navidad, tambien de Bach. La grabación es algo antigua, pero eso no empaña para recrearse con una interpretación donde el tiempo parece haberse detenido. No es rápida, no es lenta, simplemente la unidad de tiempo se ha transformado en algo inexistente, porque cuando uno escucha esto no existe nada más que la propia música. Gracias, maestro Leonhardt.
De la primera pieza, tengo que reconocer que el clave ¿porque es un clave, verdad? es un instrumento que me resulta irritante. Por supuesto, sé que el piano aún no se había inventado cuando Bach compuso sus obras, pero...
ResponderEliminarLas otras dos, maravillosas.
Lamentar la pérdida de este señor que, efectivamente, debía ser muy importante porque hasta a un tarugo musical como yo le suena su nombre.
Vaya por dios, pues bien que lo siento.
ResponderEliminarA mí me pasó justo al revés. La primera vez en mi vida que oí las variaciones Goldberg fue precisamente con Gustav Leonhardt y para mí siempre fue LA versión. Las grabaciones de Glenn Gould, interesantísimas, pero LA versión...
No conocía a la Petite Bande, gracias.
Enhorabuena Mendigo, tu comentario es el primero que me llega como spam y estaba sin publicar. Lo del clave no me extraña lo que cuentas. En general es un instrumento cuyo sonido grabado está muy alejado del sonido real. Lo habitual es que el técnico de sonido meta el micro en la caja de resonancia y así no hay manera. Lo mejor es cuando tienes un amigo clavecinista y te invita un día a su casa. Te aseguro que ese día te quedas convencido de por vida de la bondad de un clave.
ResponderEliminar