Debía correr el año 1983 cuando en el Colegio Mayor de
Madrid donde yo residía invitamos a Fernando Argenta a que nos diera una charla
(llamarlo conferencia no iba con el carácter de su persona). Supongo que fuimos
cuatro micos, ya no lo recuerdo, pero al final se quedó a solas con quienes habíamos
organizado aquél encuentro. Fue entonces cuando él nos invitó a dos de nosotros
a visitar Radio Nacional aprovechando uno de sus Clásicos Populares y fue así
como aparecí por uno de sus programas, porque para nuestra sorpresa y
pillándonos desprevenidos directamente nos hizo una entrevista, donde un
estudiante anónimo como yo era ocupó un tiempo de radio para explicar de dónde
venía su afición a la música. No se a quién podría entonces interesar eso, pero
Fernando me preguntaba con un interés como si yo fuera alguien importante y al
menos consiguió que, a muchos kilómetros de distancia, a mi señora madre se le
cayera un poco la baba aquella noche al escuchar la radio.
Algo había de mágico en escuchar la radio en aquellos años y
desde luego para mí lo tuvo el aparecer en un estudio de Radio Nacional y ver
las caras de algunos de los locutores que yo tanto había escuchado por radio.
El programa Clásicos Populares ha tenido muchas épocas y en aquella el
acompañante de Argenta era Rodri, o José Manuel Rodriguez “Rodri”, como él se
presentaba. Entonces ya era un programa muy rodado, pero yo lo había conocido
algunos años antes cuando la única voz que se oía era la de Carlos Tena. Por
descuido, ignorancia o por desidia profesional, las noticias que han dado
cuenta esta semana del fallecimiento de Fernando Argenta no han contado que, en
sus comienzos, el programa estaba dividido en dos partes, una primera titulada
Clásicos pop, dedicada a la música pop de los sesenta y, tras el informativo
que partía por dos el programa, una segunda parte que ya se llamaba Clásicos
Populares. El presentador único de los dos programas era Carlos Tena por la
sencilla razón que Fernando Argenta era consciente de sus problemas para ser un
buen locutor. Más tarde ocurriría lo que todos sabemos, Argenta ocuparía el
asiento delante del micrófono y convertiría en proverbial su dificultad a la
hora de contar un guión o improvisar un discurso.
El quinceañero que yo era cuando empecé a escuchar el programa
se deleitaba con escuchar música sin la etiqueta que se le ponía en otros lugares.
Descubrí allí muchos compositores y bastantes músicas que me llevaron después a
meterme por otros caminos. Porque el oyente analfabeto que yo era entonces se
fue convirtiendo en un oyente consciente de su analfabetismo y que quería
aprender más. Así llegué a otros programas de radio, a asistir a conciertos con
más curiosidad y a informarme allá donde podía. Dejé de escuchar Clásicos
Populares probablemente por alguna razón de incompatibilidad de horarios con
otra actividad, y pasado algún tiempo el programa ya no respondía a mi
curiosidad, porque a mí ya no me interesaba solamente algún dato biográfico de
los compositores, sino que necesitaba conocer mejor la estructura de una obra
para así poderla disfrutar más a fondo.
Que no haya escuchado Clásicos Populares desde hace la tira
de años no impide que pueda aquí enlazar la magnífica columna que le ha escrito
David Torres en Público. Como también es de justicia que, en forma de
agradecimiento póstumo, deje aquí una de las músicas que descubrí gracias a la
curiosidad que me despertó Argenta en algunos de sus programas. Se trata del
Andante del Concierto para piano nº 2 de Brahms. Argenta se quedaba en la
entrada de los cellos en este movimiento, una de esas melodías sublimes que no
dejan indiferente a quien la escucha. Él no iba más allá, lo dejaba en la
introducción y después el oyente tenía que elegir quedarse en esa superficie y
disfrutarla o seguir indagando… y disfrutar también. Yo elegí la segunda vía.
Para el lector que
quiera adentrar más en esta obra la dejo aquí abajo entera en la misma versión
del primer vídeo: Daniel Barenboim al piano, la Orquesta Filarmónica de Munich
y Sergiu Celibidache a la dirección. Para quien quiera solo escuchar el
movimiento lento, pero esta vez entero (en el vídeo de arriba está cortado), éste
empieza en el minuto 30 de la grabación y llegar hasta el final en esta versión
tiene su miga… y su recompensa.
De improviso, sin preparación ninguna...y te entrevistaron en RNE? Y no te temblaron las piernas? Mira que sufro cuando tengo que ponerme ante un micrófono y un modesto auditorio...Me pasa a mí eso y estoy tartamudeando hasta el día del Juicio Final.
ResponderEliminarVamos a escuchar a Brahms, entonces.
Si algún día me animo a ir a Galicia, o tú te animas a venir por la Occitania, después de la segunda botella de Ribeiro o de Corbieres, según donde sea la cita, igual pierdo la timidez y termino por contarte que antes de hacer un programa en Radio Occitania salí en un concurso de televisión y por dos veces, hice de extra en una película con Ana Belén y Antonio Banderas... y alguna cosa más que me dejo por ahí. Pero eso, después de la segunda botella, por menos no pienso abrir la boca.
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