15 de septiembre de 2013

Label voor Leven: un proyecto para un mundo un poco mejor


La hija de unos amigos holandeses se ha embarcado en un proyecto que creo que merece un poco de atención. Jiske Kiers, que así se llama ella, ha publicado el vídeo siguiente donde ella misma explica lo que todavía es solo un proyecto. Para quien ande justo con el inglés: en Holanda viven 250.000 refugiados, en los últimos años han llegado cerca de 70.000. De ellos solo el 36% tiene trabajo y, entre las mujeres, solo trabaja el 26%. Muchas veces son mujeres que llevan una vida encerrada en sus casas, excluidas de la sociedad y con pocas posibilidades de salir de ese círculo vicioso. El proyecto que Jiske propone con el nombre "Label voor Leven" intenta ser un puente entre culturas y un vehículo para dar oportunidades, para iniciar un cambio a quien lo necesita. Se trata de dar la oportunidad a estas personas de diseñar sus propios vestidos, ofrecer la maquinaria y el espacio para ello, consiguiendo también ropas para reciclarlas y convertirlas en sus diseños.



El proyecto me ha parecido interesante. Ha nacido de la buena energía de una mujer joven llena de honestas y sinceras intenciones, pero necesita un empujón. Este proyecto ha sido aceptado por un banco holandés, ASB, para un concurso en el que la idea ganadora recibirá un premio de 10.000 euros con el que arrancar el proyecto. Para ello necesita nuestros votos. Podéis pinchar aquí y votar donde dice "Stem op dit project". Ojalá salga adelante el proyecto.

¡ Ánimo Jiske !


8 de septiembre de 2013

Esto que hablan algunos no es inglés


Propongo un juego. Adivine el lector similitudes entre estos dos vídeos...





Ssssacto, ninguno de estos dos personajes ha sido votado ni elegido por el pueblo.

Ayer vi el vídeo de más abajo y añadí, por si hacía falta, una razón más para no querer que Madrid fuese olímpico.



Indagué después y me he encontrado con joyas como esta otra de abajo, demostración palpable de la inutilidad y falta de capacidad profesional de los gobernantes españoles. Cualquiera que, como yo, se haya puesto a estudiar un idioma entradito en años sabe lo que cuesta. Pero es que estos ni siquiera se han puesto a estudiar, porque no saben ni decir buenos días. ¿Qué negociación van a hacer en los pasillos con nadie? ¿A quién van a convencer de nada? Son patéticos, pero están ahí sentados en la poltrona y, lo queramos o no, nos representan.



Habrá que proponer que, cuando se vuelvan a presentar a unas elecciones, en lugar de una campaña electoral con promesas que nadie cree de todos modos, que nos presenten su currículum vitae. Yo propongo que en las próximas elecciones generales el requisito sea inglés y francés, así yo me puedo presentar. Para las siguientes que sea además alemán, así me da tiempo a ir poniéndome las pilas. Y las de después que sea inglés, francés, alemán y chino.

Sinceramente, cómo envidio mis días en Holanda, donde me tocó aprender el vocabulario en inglés de las piezas del coche de la mano... del garagista, que con las manos llenas de grasa hablaba mejor inglés que toda nuestra gentuza de clase dirigente que tenemos. Definitivamente necesitamos otra política... y otros políticos.


4 de septiembre de 2013

Léonor de Récondo: Rêves oubliés (Sueños olvidados)




Un padre de familia que deja precipitadamente su lugar de trabajo y viaja inquieto, sorteando mil aventuras, hasta llegar al lugar donde su familia pasa el verano. La casa está vacía, pero en la cocina encuentra todavía la mesa sin recoger y, más extraño, un pastel sin tocar en el centro de la mesa. Algo ha pasado y una vecina se lo confirma. Es tiempo de guerra y en la retaguardia hay represalias. Un aviso a tiempo ha obligado a todos a cruzar la frontera por Irún y huir a Francia.

Esta es la trama con la que comienza la novela Rêves oubliés (Sueños olvidados), de Léonor de Récondo. A partir de la huida familiar, el padre encontrará a todos en el sur de Francia, donde pasarán el verano y de donde tendrán que salir para terminar, las tres generaciones familiares juntas, habitando una granja en los Pirineos en unas condiciones poco menos que inhumanas. Dos primos han escapado del campo de Gurs y han huido con los demás, los soldados alemanes vigilan de cerca una central eléctrica… La novela atrapa por el lado de la aventura en la que se ve metida la familia, pero a mí lo que más me ha gustado es la descripción de la madre, la Ama en la familia vasca, que en un cuaderno va escribiendo su gran sufrimiento a través del que se ve el de toda la familia.

La autora habla en tercera persona, y habrá quien preguntará qué demonios viene a contarnos de una familia exiliada esta escritora francesa. Yo contestaría que, ya que en España nadie quiere contarlo, alguien tendrá que contar el exilio. Pero es que además Léonor habla con perfecto conocimiento de causa. No en vano lo que está contando es la historia de su familia por parte de padre. Léonor se sirve de la novela para recuperar, de alguna manera para ella misma, la historia de esa familia desconocida. Léonor de Réconod habla (en francés) de su libro y de lo que significa para ella la escritura.



Pero aquí hay sorpresa: Léonor de Récondo comenzó a muy temprana edad a tocar el violín. Con dieciocho años tuvo una beca para continuar sus estudios en Boston. Continuará después su formación en Bruselas con Sigiswald Kuijken. Es co-fundadora del conjunto L’Yriade, con quien anda ahora recuperando cantatas de Bononcini.

Para terminar, un poco de música de Bononcini, interpretada por el tenor Cyril Auvity y el conjunto L’Yiriade, con entre otros el violín de esta fantástica Léonor de Récondo.


Ojalá algún día un editor decida aventurarse a publicar una traducción al castellano (por qué no al vasco) de esta novela, Rêves oubliés.