24 de octubre de 2009

OCCITANGO del 24 de octubre

Hoy 24 de octubre, España en Occitania os ha propuesto, en primer lugar, la Agenda cultural, donde hemos aprendido entre otras cosas algo que ya sospechábamos: que no todos los jóvenes se dedican al botellón y que los hay que dedican su tiempo de forma altruista a ayudar allí donde hace falta, como el caso que nos han contado de Camboya. Si la juventud es generosa es que la esperanza no está perdida.

Despues, en el programa Occitango, que presentan Santiago y Verónica, nos han propuesto un hermoso juego con el que celebrar que hace un año sellaron su amor. Se trataba de contar cada uno su historia de amor y yo vengo aquí a compartir la mía con vosotros. Espero que os guste.


UNA AMANTE:

Hace tanto tiempo que ya no recuerdo cuando la conocí. En realidad yo debía ser todavía un niño, y es muy probable que fuese mi madre quien me la presentase. Crecimos cerca el uno del otro, pero sin conocernos realmente y apenas viendonos desde lejos con curiosidad, pero tan solo esa curiosidad infantil que no busca las profundidades de los sentimientos humanos, pues a un niño le son todavía desconocidas.

Si busco en mi memoria creo que todo empezó en algún momento de mi adolescencia, cuando mayor es la curiosidad del hombre y mayor su necesidad de buscar los caminos de la vida. Un día, sentado y con todo el universo por delante, comencé a acariciarla y ella me invitó a recorrer juntos lo que yo entonces no sabía. Al principio fueron mis dedos los que, torpemente, cómo no, intentaron sacar algo que no fuera un gruñido disonante. Con paciencia, pero con tesón, como con cualquier aprendizaje académico, fuimos agradándonos el uno al otro hasta que comprendimos que, si no hechos el uno para el otro, qué cursilada, al menos sentíamos que nuestra compañía llenaba nuestras vidas. Cada momento del día y de la noche soñaba con ella, con las melodías de su cuerpo, con volver a encontrarla y a sentir esas texturas con que llenaba cada rincón donde se encontraba.

Vivía todavía en casa de mis padres, ella me visitaba casi todos los días y ahí estábamos los dos, frente a frente, aprendiendo nuevos placeres que eran íntimos pero que alguna vez, inevitable, eran interrumpidos de forma brusca con la aparición de mis padres.

Pasó el tiempo, yo marché y comencé mis estudios universitarios en Madrid y me sentí solo. Pasé un año muy duro, hasta que ella y yo encontramos una solución a nuestro problema: ella vino a Madrid y allí pudimos seguir juntos, si no todos los días, al menos varias veces a la semana. Pero crecíamos y de las caricias fuimos pasando a otros juegos que fueron cada vez más placenteros. Aprendimos a respirar juntos, producíamos sonidos que nos abrazaban y nos envolvían. Esto nos parecía el colmo, pero nuestro gran paso lo dimos el día que descubrimos lo mucho que nos gustaba hacer en público nuestros juegos amorosos.

Debió ser dos años despues cuando conocí a quien hoy es mi compañera, legalmente mi esposa, que palabra tan fea. Fui sincero desde el principio con las dos y la una conoció la existencia de la otra. Yo volvía tarde a casa y mi compañera sabía lo que había estado haciendo y con quien. En silencio sufría y no lo decía, hasta que un día dijo “me has hablado tanto de ella que ahora quiero conocerla”. Así empezó un hermoso periodo de mi vida, un menage a trois con el que mi compañera y yo hemos salido ganando. Y nada más placentero que hacerlo en público, cuanta más gente mejor.

Hemos tenido momentos memorables, como aquella vez en Moscú, delante de los alumnos y profesores del Conservatorio. En Madrid tambien, en el Auditorio, con aquella música de Prokofief o con el Requiem de Mozart. O en Amsterdam, con aquella segunda de Mahler en esa espléndida sala de conciertos que es el Concertgebouw.

Desde aquellos días lejanos en que, solo, me sentaba delante del piano de mi madre, desde que algo despues empecé a cantar y luego a dirigir coros, la música ha sido siempre mi gran amante. Recientemente he venido a la radio para compartirla con vosotros, pues pienso que es una amante que merece ser compartida.

2 comentarios:

  1. Hola Eloy,
    Cómo estás? tu texto nos parece maravilloso tanto desde el punto de vista de la heterodoxia literaria como desde el sentimiento.
    Me pasa con el tango (o la tango?) algo parecido, quizás sea una amante tardía, con sus sabores melancólicos, pasionales, divertidos, reflexivos, etc etc etc
    Es una suerte poder compartir con Vosotros un rato de todo esto en Occitango. Espero que siempre podamos hacerlo y que la próxima nos llames para contarnos eso en vivo!!

    Abrazos. Santiago.

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  2. Mi querido Eloy, gracias por compartir tus amores con nosotros...
    ....sin mùsica la vida no seria posible, estoy segura
    porque el silencio no tendria sentido
    ni el llanto del recien nacido
    ni el ultimo suspiro
    ...ni el primer beso.

    Ana y los lobos

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