18 de agosto de 2011

MONTEVERDI: JAROUSSKY O VILLAZÓN?


El aria Si dolce è ‘l tormento, de Monteverdi pertenece al libro “Quatro scherzo delle ariose vaghezze”. Se trata de un aria que llama la atención por los juegos armónicos más que por la melodía en sí misma. De hecho hay un momento en que Monteverdi deja la melodía suspendida en una sola nota, mientras que el acompañamiento desciende buscando armonías según parece prohibidas en su época. Poco más puedo decir de este aria que ayer estuve escuchando en la radio en la interpretación del tenor mexicano Rolando Villazón, asunto que me dio la idea de esta entrada.

De Villazón habíamos escuchado fundamentalmente un repertorio romántico, muy en la estela de lo más conocido que haya interpretado Plácido Domingo, con quien siempre ha querido compararse. Hace no mucho desapareció para curarse algún problema con las cuerdas vocales, probablemente abusadas por haber entrado en un repertorio complicado si no se anda sobrado de técnica… y de medios vocales. Ahora ha vuelto, de lo que nos alegramos, y ha añadido a su repertorio música de Claudio Monteverdi, algo que me ha sorprendido sobre todo porque su instrumento vocal no va parejo con la sonoridad de los instrumentos antiguos.

Andaba dando vueltas a esta idea cuando recordé que no hace tanto tuve la suerte de escuchar una magnífica interpretación en vivo del contratenor Philippe Jaroussky. Comparar estas dos voces es como comparar churras con merinas, pero es que interpretan el mismo aria y en los dos casos acompañados por instrumentos antiguos. Os dejo aquí dos vídeos con estas dos interpretaciones para que cada uno juzque por sí mismo. El texto habla de un corazón atormentado tras la contemplación de una belleza en la vana esperanza que la belleza, si siente algo parecido al amor, responda algún día a la llamada del enamorado.

Jaroussky está acompañado por el grupo L’Arpegiatta, que tan bien dirige desde la tiorba Christina Pluhar, alguien que hace lo que le da la real gana con la música antigua, hasta el punto de hacer a veces interpretaciones quasi jazzísticas, con resultados sorprendentes.

Y aquí está Villazón, acompañado por el grupo barroco que dirige Emmanuelle Haïm. Sinceramente pienso que hay giros que no van con el estilo de Monteverdi, como esos portamentos tan queridos por algunos amantes de la ópera romántica. Pero qué diantres, hay que reconocerle el valor de atreverse con lo que se supone que le estaba vetado.

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