11 de noviembre de 2010

Kontakthof

Kontakhof es el título de una obra de Pina Bausch estrenada en 1978. Como suele ser costumbre en Pina Bausch la obra no es fácil y requiere del espectador algo más que ir al teatro a pasar el rato. El ritmo es deliberadamente lento y te obliga a ir entrando muy despacio en ese mundo particular que ha construido Pina Bausch, un mundo que es heredero de la danza-teatro alemana de principios del siglo XX. Igual circulan por internet joyas como La mesa verde, de Kurt Joos, de alguna manera importantes para adentrarse en ese mundo denso y dramático de Pina Bausch.

Esta pieza ha sido recuperada por la propia Pina Bausch en dos ocasiones, una en 2000 con bailarines amateurs de más de 65 años, y la otra justo antes de su muerte, pero lo ha hecho con jóvenes de entre 15 y 18 años, lo que tiene su miga como luego explicaré. Fui al teatro con mi hija a ver Kontakhof y os puedo decir que, si ver la obra es una experiencia extraordinaria, hacerlo acompañado de una niña de seis años es lisa y llanamente algo único. Me costó entrar en el mundo lento de la obra, pero lo conseguí gracias a imaginar lo que allí se estaba contando. Cada uno puede contar una historia, pero lo que yo vi en esa sala cuadrada, especie de salón de baile, era la historia alemana desde el periodo de entreguerras hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, todo contado a través de las pasiones humanas, del amor, el odio, la crueldad, la ambición, el cinismo… Mi hija a cambio se lo pasó bomba imaginando una historia cómica y aguantó como una campeona casi tres horas de espectáculo.

Si pensamos ahora en la fecha en que la obra fue recuperada, 2000, y que los bailarines entonces tenían más de 65 años, nos daremos cuenta que esos bailarines habían vivido su niñez en la época en la que yo he imaginado Kontakhof. Cuando yo he visto la obra con jóvenes adolescentes y he pensado en el contexto de crisis en el que estamos metidos, con todas las reformas neoconservadoras que nos están imponiendo los diferentes gobiernos europeos, he percibido un mensaje preocupante: vivimos un periodo que, como la crisis en Alemania en los años treinta, nos puede llevar a un desastre parecido. Ojalá me equivoque.

En Francia circula ahora un filme, Rêves Dansants, que es un documental de la génesis de la obra tal como yo la he visto, con los jóvenes adolescentes. Aquí os dejo un trailer y un pequeño fragmento, más otro del montaje de 2000 con los mayores de 65 años.

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