2 de octubre de 2011

MÚSICA CONTEMPORÁNEA (2)

Decía en el escrito anterior que estas entradas vinieron a partir de una discusión con Mendigo, en la que me decía que no le gustaba la música clásica del siglo XX. Creo que su definición es buena, aunque ya habría que añadir siglo XXI, porque decir solo música contemporánea es más limitado. Sobre el uso de una definición y la otra volveré en el tercer capítulo. Ahora, aprovechando que Mendigo parece disfrutar con la música medieval, quisiera provocarle un poco con un compositor vivo que compone una música actual en una especie de “medieval revisited”. Sus composiciones tienen bastante predicamento entre quienes nos dedicamos a la música coral, y son piezas que, con pocos elementos, consiguen crear atmósferas místicas que parecen venidas de otra época. Estoy refiriéndome al compositor estonio Arvo Part y aquí teneis una muestra de su Magníficat, pero hay muchas más cosas en internet si teneis curiosidad (y tiempo). Yo a veces bromeo diciendo que estas músicas son peligrosas, porque si los curas pusieran cada domingo a un coro cantando así a mí me tenían en misa todos los fines de semana. Eso si, por favor que nadie me pregunte qué tiene que ver el vídeo con la música, porque no lo se. Solo puedo decir que canta el Coro Filarmónico de Estonia, dirigido por Tönu Kaljuste.

A veces tendemos a pensar que la música contemporánea es algo elitista. No se si es un error, pero hay ejemplos de que no lo es. En mi caso tengo que reconocer que muchos de mis gustos musicales están “condicionados” por el hecho de que mi actividad musical es fundamentalmente coral. Hace ya muchos años que visito anualmente el Certamen Coral de Tolosa, que se celebra alrededor del 1 de noviembre y del que ya he hablado en alguna ocasión. En los conciertos del certamen es posible escuchar coros muy buenos que traen un poco de todo, pero donde los descubrimientos vienen casi siempre de la música contemporánea. Los coros me han enseñado a escuchar la música de otra manera y, sobre todo, a acercarme sin miedo a la música contemporánea, sabiendo que muchas veces uno puede encontrarse un trallazo insoportable, pero tambien que cuando algo te gusta la satisfacción se ve multiplicada por la sorpresa del descubrimiento.

Uno de mis últimos descubrimientos ha venido de la composición Oihu hau, de David Azurza. La interpretación que os traigo está grabada en el Certamen de Tolosa de 2010. Se trata del coro Hodeiertz Oroith, dirigido por Enrique Azurza, hermano del compositor. En realidad se trata de dos coros de Tolosa y Ordizia, unidos para la ocasión del Certamen. Son voces amateurs, gente que dedica el tiempo libre que muchas veces no tienen para la pasión común por el canto. La obra es difícil, se las trae, y solo ellos sabrán lo que les ha costado montarla y llegar a un resultado como este.

Dice el propio Azurza de su obra: “la obra gira en torno al mundo de la manzana, en una primera sección un texto del extraordinario poeta vasco Xabier Lizardi, una exaltación de la primavera (un grito gozoso) que recrea la nevada de pétalos de flor del manzano, sirve de base para crear un ambiente polifónico etéreo de extrema delicadeza y gran intensidad. Continúa en una segunda sección con la recogida de la manzana: la alegría y los ritmos populares en la fiesta de la sidra proporcionan un ambiente que hunde sus raíces en lo más profundo del folklore vasco. Se acompaña de unos palos (makilak) que los cantores golpean en el suelo recordando los juegos rítmicos de la txalaparta.”

Solo el tiempo nos dirá si esta obra puede convertirse en un clásico. A mí me parece que es una candidata. En cualquier caso es una obra que ya ha salido del País Vasco y ojalá sea cada vez más conocida.

Continuará.


PS: una inoportuna conjuntivitis me ha tenido apartado de todo tipo de pantallas durante unos días. Espero no tardar tanto para el próximo capítulo de esta mini-serie.

2 comentarios:

  1. No suelo escuchar música coral, pero he de reconocer que me está enganchando. Antes me ocurria como a mendigo, tenía muchos prejuicios con la música clásica del XX. Escucharla requiere un esfuerzo complementario al que no todo el mundo está dispuesto.
    No dejes a medias esta serie que me está interesando
    Y recupérate pronto!
    fdo:nunglo

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  2. Si yo admito que estoy cargado de prejuicios contra la música clásica. Los mismos que tenía, por ejemplo, contra el flamenco escuchando Radio Olé (para quien no la conozca, no sabe la suerte que tiene). Hasta que conocí al Camarón, o el cante más puro como el festival de las Minas.

    Pero motivos para rechazar las lolailadas tenía sobrados, escuchando la charanga que ponían en la radio.

    Lo mismo me pasa con mi aversión con la música contemporánea. Creo que soy una persona que trata de escuchar antes de juzgar, y que procura apreciar la belleza en sus diversas formas y manifestaciones. En la música, no conozco mucha gente que le gusten tantos y tan diferentes palos. Pero si estoy escuchando la radio clásica (española o portuguesa), y sólo me levanto a apagarla cuando le toca el turno a los contemporáneos, tiene cierta lógica que acabe concluyendo que la música contemporánea, en general, es una degradación del intelecto, una burla decadente.

    El otro día leí a cuenta de un pintor, muy famoso en tiempos del Imperio Romano (y no precisamente en su etapa final, sino en su apogeo, el s.II) que sólo pintaba unas pocas horas al día, y lo hacía vestido de toga, con alarde de brochazos dados con mucha ceremonia.

    El papanatismo no se inventó hoy, desde luego. Esa actitud de divo, tarro de esencias vacío, me recuerda mucho a la actitud frente al fenómeno artístico de mucho embaucador de hoy en día.

    En la pintura, pero también en la música. Normalmente no me quedo con los nombres, pero la próxima vez que escuche a los músicos afinar, procuraré quedarme con el nombre. A ver si tú le encuentras alguna gracia o sentido.

    Bueno, sobre las piezas. Sigues siendo un tramposo. :P

    Arvo Pärt no es un compositor contemporáneo "al uso". La pieza que has puesto no la conocía, y es una maravilla (gracias, gracias, gracias). También he oído otras que son (perdón, me parecen) un rollazo macabeo. Tampoco lo he escuchado mucho, lo descubrí hace sólo unos meses.

    Y en la canción, desde luego es sorprendente. Esta si es una composición totalmente moderna, pero tratada como si fuera una obra popular. Sí que debe ser difícil de cantar, o me tapan las orejas o me liaría con lo que está cantando el que está a mi lado. Preciosas voces, por cierto.

    Me gusta más la primera. La segunda es muy complicada, me recuerda a la posición de un tablero de ajedrez a mitad de partida, o un encerado lleno de una demostración de dinámica de fluidos.

    Tiene una elegancia evidente, pero quizá sea innecesariamente complicada (las estonias lograban la belleza de forma mucho más sencilla). O las que puse hace poco en mi espacio, el sum sum de las chicas de Faltriqueira. Me acordé de ella y desde entonces la habré escuchado una docena de veces. Es que es sencilla a más no poder, pero por eso mismo es encantadora, divina.

    Charmante...

    Si te gusta como es evidente del timbre de la voz humana, una gozada es asistir a una liturgia cantada. Es la antítesis de la canción que has puesto: la monodia. Es tan abrumadoramente austera que me embelesa. Como dices, menos mal que no todas las misas son así, porque no salía entonces de la iglesia. XD

    Bueno, compañero. Muchas muchas gracias por haber dedicado tu tiempo a enseñar a los mendrugos como yo.

    El otro día, en un concierto de música medieval, el fulano (un organista fuera de serie, si recuerdo el nombre de lo digo) comentaba que la música medieval es mucho más innovadora de lo que la gente se cree. Y comentaba la anécdota de estar ensayando una pieza y alguien le felicitó por prestarle atención a la música contemporánea, en vez de recurrir siempre al pasado. La cuestión es que la pieza que interpretaba era, de hecho, del pasado remoto de la música europea, siglos X- XI.

    Un abrazo!

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