Getxo a finales de 1973. La playa de Arrigunaga pierde arena
desde hace tiempo ante la indiferencia de toda la población. ¿Toda? No, un
pequeño grupo de cinco antiguos falangistas urge al alcalde ante lo que ellos
creen un problema muy grave para el porvenir de Getxo y sus bañistas en verano.
Hasta que un día el librero Sancho Bordaberri recibe el encargo de investigar
un crimen ocurrido durante la guerra: mientras cinco falangistas asesinaban y
enterraban en la playa a nueve de sus víctimas, alguien apareció con un nuevo
cadáver que será el asesinato que tenga que investigar el librero reconvertido
en detective Samuel Esparta.
Esta es en unas breves líneas el resumen de la última novela
publicada de Ramiro Pinilla que, ironías del destino, ha aparecido publicada
cuando Pinilla ha dicho adiós a la vida. Aparecen en “Cadáveres en la playa”,
que es el título del que hablamos, los mismos elementos que ya aparecieron en
las dos obras anteriores que toman al detective Samuel Esparta por
protagonista: memoria de la guerra, un sentido del humor que no esconde lo duro
de los tiempos y un protagonista que se toma por una reencarnación vasca de
Dashiell Hammet y Raymond Chandler. Una vez más Pinilla utiliza la memoria para
hablar también del presente: un crimen pasional escondido bajo la arena de la
playa, el cadáver escondido junto a nueve víctimas de los falangistas, una
tumba que está cada día más cerca de salir a la luz y los antiguos falangistas
que no paran de echar arena sobre la tumba. La narración, como siempre en
Ramiro Pinilla, ayuda al lector a seguir la historia, utilizando de una manera
muy sabia los diálogos con los que lo va contando casi todo. En resumen, una
joya más que añadir a la obra de este genial escritor, del que se puede saber
algo más leyendo esta entrevista que le hizo Enric González para Jot Down.
Termino como siempre con algo de música. Si he podido leer
la novela en el mismo mes de su publicación (a Francia no ha llegado todavía y
yo utilizo Amazon lo menos posible) se debe a la visita anual que hago al
Certamen Coral de Tolosa, donde queda una librería cada vez menos librería y
más papelería, signo de los tiempos, pero donde pude encontrar este “Cadáveres
en la playa”, al que le pongo una canción en dos versiones. La primera es la,
digamos, versión original de Oskorri:
La segunda es un arreglo para coro a capella que ha hecho
David Azurza (David: cada día me gusta más lo que escribes). La versión es del
coro joven de St Jacobs, Estocolmo, y está grabada en el Certamen de Tolosa en
2013, año en que estos pimpollos suecos arrasaron justamente con todos los
premios habidos y por haber:
Se me olvidaba: ojo al detalle de cantar de memoria en
euskera. Son suecos, recuerdo.
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