Su madre trabajaba de taxista de noche en Caracas,
circulando siempre con la “compañía” de un arma de fuego. A los diez años no
había manera de canalizar su inquietud y ni el kárate ni ninguna otra actividad
le satisfacían, hasta que gracias al Sistema de José Antonio Abreu, y despues
de haberlo intentado con la viola, empezó a estudiar contrabajo. Con dieciséis
años ganó un concurso en Indianápolis que acabó trayéndole a Europa, donde
conoció a los que serían sus mentores europeos, Klaus Stoll y Janne Saksala, de
la Filarmónica de Berlín. Con diecinueve años entró en esta orquesta y pudo
invitar a su madre a verlo tocar en Berlín.
Parece un cuento de hadas pero es el relato vital apresurado
de Edicson Ruiz, que en otras circunstancias hubiera sido verdadera carne de
cañón y que gracias a la educación (y sin duda a su enorme capacidad de
trabajo) se ha convertido en un contrabajista de prestigio que toca en la que
es reconocida como la mejor orquesta sinfónica del mundo, de la que se cuenta
siempre que una de las mayores características es el sonido grave de la cuerda,
violoncellos y contrabajos.
De su constancia en el trabajo da fe el hecho de haber
buscado como profesor al violoncelista Anner Bijlsma, de quien dice que le ha enseñado el
sonido vienés en la cuerda.
Pero quizá sea mejor escucharle a él contar lo que ha sido y
es su vida, en una entrevista hecha en Italia:
Y mejor todavía escucharle un poco con el contrabajo, en un
vals de Luis Laguna y con acompañamiento de guitarra:
Y aquí acompañado por Klaus Stoll, al que Edicson considera
como su padre europeo:
Para los más glotones hay más vídeos en su página web y no tenéis más que pinchar aquí.
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